El edificio estilísticamente más radical de la urbanización Pinares de San Antón, la zona residencial de Málaga con mejor arquitectura contemporánea, además de la de mayores cualidades paisajísticas. En un lugar en el que predominan las viviendas unifamiliares de diseño neorracionalista generalmente integradas con la frondosa vegetación, llama la atención el brutalismo de este edificio, vivienda del propio arquitecto. Los materiales prefabricados, principalmente bloques de hormigón, no se disimulan, lo que determina un gran impacto visual. De tres plantas, el desnivel de la parcela se resuelve mediante una estructura de pilotis que crea un bajo que enlaza directamente con el jardín. También es diferente a lo dominante en la zona la composición, un paralelepípedo fracturado en su centro, determinando en esa zona un eje distribuidor iluminado por cristaleras elevadas. Todo el conjunto se remata por un tejado a dos aguas de acusadas pendientes. También es muy variada la solución de las ventanas, de diferentes tamaños, verticales y amplias en la planta intermedia, rectangulares y estrechas en las otras dos. Con todo ello se obtiene una composición en la que la inicial simetría de la planta es dinamizada por un alzado asimétrico. En suma, constituye una de las viviendas unifamiliares estilísticamente más atrevidas y chocantes de toda la ciudad, e incluso su lenguaje y recursos formales la enlazan con otras tipologías, incluidas las fabriles. Como en otros casos, su radicalismo formal es una seña de distinción e identidad, de contraste con el entorno.
FGG