Edificio con vocación de protagonismo fundamentado en su rotundidad geométrica y en el uso del color. De planta rectangular, se asienta sobre una cuña que salva el suave desnivel del terreno. El edificio se orienta de forma transversal a la calle, de forma que ofrece su única portada en uno de sus lados menores.
Sus fachadas son totalmente lisas, distribuyéndose en ellas un considerable número de vanos adintelados, alternándose las verticales y las apaisadas con arreglo a un determinado ritmo y diferentes proporciones. El macizo aparece recubierto con un contrachapado de llamativo azul ciano, cuyo despiece remarca la geometría apuntada por la volumetría y las ventanas. La portada responde al mismo rigor geométrico, únicamente ampliando sus proporciones. En la zona superior de la fachada principal se adosa una cuña de vidrio negro ofreciendo su mayor dimensión hacia la cubierta y simulando una integración o fusión de volúmenes más propia de la escultura que de la arquitectura. En el centro de las fachadas laterales unos cuerpos cuadrangulares verticales de color oscuro recorren la fachada, probablemente acogiendo en su interior elementos de servidumbre técnica no obviables y que de esta forma quedan resueltos e integrados en la estética general del edificio.
Cubre el edificio una cubierta plana de color negro separada de la quinta fachada mediante pilotes, y sobrepasando la superficie del edificio, con lo que viene a actuar como un parasol que incide de forma benéfica en el equilibrio bioclimático del inmueble.
FRM