El edificio de la antigua Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de E.G.B., locales que también ocupó en su día la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicaciones (ca. 1988), se sitúa en el lado este de la plaza de El Ejido de Málaga, sobre un solar rectangular de 3.620 metros cuadrados en un único inmueble de 6.379 metros cuadrados distribuidos en tres plantas sobre rasante, y cubierta plana.

De planta totalmente simétrica, este edificio se distribuía ori-ginalmente localizando a la derecha las Escuelas Graduadas Anejas (Normal), y a la izquierda la Escuela de Magisterio Masculino; en el cuerpo central se proyecta , una cantina en planta baja, la biblioteca y los locales de dirección y administración en la primera planta, y dos viviendas en la segunda planta (posiblemente para el director y el conserje).

El aspecto general del edificio no ha cambiado mucho respecto al proyecto inicial de Jauregui, a no ser por el pabellón de aulas que se construyó en 1979, ocupando una parte del patio y en paralelo a la crujía de levante. No obstante sí cambio profundamente la adecuación inicial del edificio, punto que iremos analizando a lo largo de este estudio.

La distribución del programa del edificio puede leerse en sus fachadas: de los tres accesos de su fachada principal al parque, aparecen dos más monumentalizados y situados equidistantes en ambos lados del volumen del edificio, los que daban entrada a la Escuela Universitaria de Magisterio y a sus Anejas; un tercer acceso, totalmente centrado y algo menor, daba acceso a la zona de administración, dirección y viviendas. En esta fachada (Oeste) no se sitúan ventanales para aulas, que se abran al Este, Sur y Norte.

El aspecto de la monumental fa-chada de la Escuela de Magisterio se ejecuta en un clasicismo moderno, que en nuestra opinión hunde sus raíces y clara inspiración en un proyecto que Miguel Fisac y Ricardo Fernández Vallespín realizan en 1944 para esta zona: “Proyecto para edificios escolares para el Ejido, Málaga”. Los edificios de la Escuela de Peritos y Magisterio, uno frente al otro en la Plaza de el Ejido, permiten una lectura paralela en la forma de disponer los volúmenes que conforman el edificio, al igual que en el tratamiento de las fachadas. Ordoñez (1993) ya señaló los valores a nivel tectónico y de fachada en ambas Escuelas, aunque apuntó la incongruencia en el empleo de efectos como el aparrillado del paramento exterior de Magisterio, que infravalora el sugestivo juego de volúmenes de este edificio. De igual manera, el autor señala la excesiva compartimentación del espacio interior, la falta de comunicabilidad entre zonas o su inadecuación climática. Y son ciertos estos puntos, pero como veremos, el edificio de Magisterio sufrió muchos cambios en su programa lo que acarreó algunos problemas en la adaptación y desarrollo de su planta. No parece extraño que Jáuregui, en su diseño, siguiera el planteamiento que abre Fisac y Vallespín, diseños que pudo conocer gracias a la publica-ción en la prensa del momento de los proyectos para el Ejido (Diario Sur, 26 de octubre de 1944)

En los inicios de los años cuarenta, Miguel Fisac diseña junto con Ricardo Fernán-dez Vallespín, el “Proyecto para edificios escolares para el Ejido, Málaga” y que de dicho proyecto tenemos la suerte de conservar el edificio para la antigua Escuela de Peritos de Málaga (1950-1961), actual Facultad de Bellas Artes, en la plaza de El Ejido, cuya obra fue dirigida por Juan Jáuregui Briales (Diario Madrid, 27 de octubre de 1944). Además, este proyecto contempla la construcción de una zona de deportes, un campo de juegos infantiles y otro de experimentación agrícola Este centro cultural incluía la construcción de la Escuela de Comercio, un instituto de en-señanza Media y la Escuela de Trabajo (Maestrías)

Miguel Fisac se titula en 1942, y este proyecto se plantea en los dos años siguientes. Mientras termina la carrera, la arquitectura italiana Novecentista será decisiva en los estudiantes del momento: Esta arquitectura metafísica, de orden y limpieza, es una mirada a la modernidad desde los presupuestos canónicos y los materiales nobles que recuperan los edificios del “sueño fascista”. En este contexto Fisac comienza sus trabajos para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (1942-1943); desde la mirada del propio Fisac, en los años cuarenta “aquellas columnatas, pórticos y cornisas llegaron a parecer ‘una audacia moderna’ en el ambiente rabiosamente historicista y folclórico en que se desarrollaba en España la intensa actividad de reconstrucción arquitectónica» (VV.AA., 2010, p. 415). Ese Novecento del periodo mussoliniano era la única salida a priori, una vez muerto el Movimiento Moderno y acabada su vigencia. En palabras del propio Miguel Fisac

Era el año 42 y en España se consideraba que el Racionalismo, lo que se llama hoy Movimiento Moderno, estaba terminado y aquello era un camino fracasado. Era como si dijéramos un dogma. Además, en el ambiente se tras-lucía una actitud de que aquello no había dado resultado (…) Por otra parte en España era un mo-mento de un gran nacionalismo y se buscó una arquitectura historicista. (…) en aquella época estaban todas las construcciones nazis y el movimiento mussoliniano de la Exposición del 42. Todas aquellas cosas daban un ambiente muy propicio a un tipo de ‘novecento’”, Thorne (1983, p. 100).

Esta aspiración a la modernidad, de pausada visión italianizante la muestran muchos de los edificios de este periodo, como los ya mencionados para el Consejo de Investigaciones Cien-tíficas.

En el inicio de los años cuarenta ya tenemos referencias de la intención de edificar esta zona: por Orden del 11 de noviembre de 1943 (BOE el 27 del mismo mes), se aprueba la ad-quisición de los terrenos para la edificación de un “Instituto de Enseñanza Media y Escuelas Normal de Maestros y de Comercio”. Dichos terrenos se compran a Pilar, María Eugenia y Federico Gross Loring, con una extensión de 56.881 metros y un precio de 800.000 pesetas. En la compra y firma de escritura actuó como representante el Director del Instituto de Enseñanza Media de Málaga. En marzo de 1944 Miguel Fisac Serna y Ricardo Fernández Vallespín realizan el proyecto registrado en el Ministerio de Educación Nacional en 1948.

El proyecto sitúa tres edificios en la plaza: un Instituto, la Escuela de Comercio y la Escuela de Trabajo. Estos planos ya se rigen por el malogrado Proyecto parcial de González Edo para el Ejido, alineando los espacios educativos y zonas verdes, trazando la estructura y configuración del núcleo fundamental del futuro Campus de El Ejido, la Plaza, con un diseño academicista y simétrico.

Pero este proyecto de “Edificios Escolares” se paraliza, y tanto el Instituto como la Escuela de Comercio se edificarán en un solar del Paseo de Martiricos, el actual Instituto Nuestra Señora de la Victoria y la actual Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud. Estos edificios se realizarán, esta vez en solitario por Miguel Fisac (ca. 1952).

Paradas las obras para El Ejido, en diciembre de 1951 el Ministro de Educación Nacional Joaquín Ruiz-Giménez y Cortés visita Málaga (ABC, 1951, 11 de diciembre). Tras diferentes reuniones con representantes del Ayuntamiento, Universidad y Educación, encarga directamente al arquitecto escolar Juan Jáuregui Briales un proyecto de Grupo Escolar Conmemorativo bajo la advocación de “Reyes Católicos”, y el 14 de diciembre de 1951 se publica el Decreto para su construcción. (Decreto 14 de diciembre 1951, BOE n’ 1 de 1 de enero de 1952, p. 3).

Para conmemorar el Centenario de los Reyes Católicos y su vinculación a la ciudad de Málaga, y con objeto de atender las necesidades de la Enseñanza Primaria en esta capital, se estima oportuna la construcción de un Grupo escolar, que debe ser puesto, para su mejor relieve, bajo la advocación de los Reyes Católicos (…) con carácter de conmemorativo (…) Las obras se realizarán con cargo al presupuesto del Ministerio de Educación Nacional. El solar será ofrecido gratuitamente a estos efectos por el Ayuntamiento.

Los trámites para la construcción se dilatan en el tiempo por diferentes causas, una de ellas la propiedad de los terrenos. Para la edificación del Grupo Escolar en el Ejido, es necesario que los terrenos sean propiedad del Ayuntamiento de Málaga y donados para dicha construcción. Por ello, en julio de 1952 el Ayuntamiento y Diputación adquieren los terrenos de Martiricos y los ofrece al Ministerio de Educación Nacional para hacer una permuta (1953) con los terrenos que se compraron en 1943 en el Ejido por parte del Ministerio de Educación Nacional; permutados los terrenos, Educación construiría el Grupo Conmemorativo en El Ejido y la Escuela de Comercio junto al Instituto en Martiricos.

Aunque Jáuregui, como arquitecto escolar, redacta los proyectos para el Grupo “Reyes Católicos”, no nos cabe la duda de que las edificaciones realizadas, tanto el antiguo edificio de la Escuela de Magisterio como sus Graduadas Anejas se inspiran y toman el punto de arranque en los proyectos de Fisac y Vallespín de 1944.

Entre 1951, fecha de inicio de este segunda etapa de construcción, y abril de 1961, fecha de la inauguración oficial de la Escuela de Peritos y la Escuela de Magisterio “Teresa Aspiazu”, Jáuregui mantiene una intensa correspondencia con la Oficina Técnica de Construcciones Escolares del Ministerio de Educación: problemas con los terrenos, delimitación de los mismos, perdidas de los proyectos entregados en Madrid, diferencias técnicas, redacción de varios proyectos diferentes, inadecuación de costes, etc., van retrasando el comienzo de las obras.

En 1955 (Decreto 13 de mayo, BOE Nº 171, 20 de junio de 1955, pp. 3694-3695), se aprueba el proyecto de construcción de dos edificios con destino a Escuela de Magisterio, con sus correspondientes anejas, capilla, salón de actos y gimnasio, denominado “Reyes Católicos”, en el Ejido de Málaga. El presupuesto, asciende a 106.256.841,69 de pesetas con cargo al Estado, distribuidos en dos edificaciones: en el edificio que se sitúa al este de la plaza la Escuela de Magisterio y sus Graduadas Anejas, y el edificio que contendría la capilla, el salón de actos y el gimnasio al norte de la misma. La adjudica-ción de las obras se realiza a D. Benito Mas Lorenzo, de Oviedo (Orden 4 de julio de 1955, BOE nº 214, 2 de agosto de 1955, p. 4750).

El 15 de enero de 1958 las obras se encuentran avanza-das, ya que se han realizado más del 25 por ciento del importe de las obras. Por ello se aprueba la devolución de la fianza complementaria al contratista, (Orden del 9 de diciembre de 1957, BOE nº 13 de 15 de enero de 1958, p. 452).

Ya muy avanzados los trabajos de construcción del edificio anejo para la capilla, el salón de actos y el gimnasio (norte de la plaza), las obras se paralizan, posiblemente por falta de recursos, y ya no se terminaría el edificio. Fotografías de los años sesenta muestran que la estructura del instituto se comenzó a construir, pero que las obras fueron paradas. Imágenes de los años setenta permiten ver que la estructura fue derribada para construir el actual Centro I.E.S. Cánovas del Castillo. Por esto, el edificio para Magisterio deberá sufrir grandes cambios en su proyecto para incluir el salón de actos, capilla y gimnasio que en un principio estarían en el edificio anejo. Antes de su inauguración oficial el día 28 de abril de 1961, la Escuela de Magisterio ya ha comenzado su andadura; en previsión a la visita de Franco, en enero de 1961 se realizan obras de adaptación en el edificio de Magisterio y sus Graduadas Anejas buscando dar ca-bida a este salón de actos y la capilla.

En el primer proyecto de Fisac y Vallespín de 1944 para la Plaza de El Ejido, el edificio principal, el instituto, se proyectaba con una imagen compacta, simétrica, articulada en dos grandes volúmenes regidos desde el centro con un gran pórtico monu-mental, que recuerda el diseño de estos autores para el edificio Central del Consejo Superior de In-vestigaciones Científicas, realizado por Fisac y Vallespín en el año 1943. Los dos primeros cuerpos del edificio se articulan en 15 calles de límpidos vanos rectangulares, y el último cuerpo, retran-queado, cambia esta estructura por vanos rehundidos, de menor tamaño y enmarcados en arco de medio punto. Al enfrentar este proyecto no realizado con la fachada de la Escuela de Magisterio de Jáuregui, el módulo compositivo en alzado, la repetición del gran pórtico monumentalizado, y el uso de un clasicismo moderno y depurado parecen gemelos. Estas mismas referencias se trasladan a los alzados laterales del edificio de Magisterio, en el que se lee la alusión a los alzados lateral y posterior de Fisac y Vallespín para la Escuela de Comercio en el Ejido. De igual manera, la planta de este instituto diseñada por Fisac y Vallespín, pueden leerse claramente en la que diseña Jáuregui para el edificio anexo donde se situarían la capilla, el salón de actos y el gimnasio.

Otro punto que debe aclararse dentro del complejo desarrollo estilístico y de autorías de este edificio es la atribución de Ordoñez (1993) que asigna el edificio a la firma de José Luis Dorronsoro Fernández. Esta afirmación no se justifica dado que en el Catálogo de Edificios de la UMA indica que el autor del proyecto y el director de la obra es Juan Jáuregui Briales, al igual que el expediente encontrado en el Archivo General de la Administración; además no creemos posible que D. Luis Dorronsoro Fernández realizara este trabajo dado que este arquitecto se gradúa en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid en 1957, y se establece en Málaga en 1960, momento en que la Escuela de Magisterio ya está levantada. Quizás pudo realizar alguna colaboración, pero ésta no ha sido posible documentarla.

BRG – IHS