La idea del ensanche del centro histórico hacia el este se desarrolló físicamente a partir de la década de 1960, mediante una gran vía que se abría en medio del tradicional barrio de El Perchel como un sventramento que lo dividió en dos partes; una autopista urbana que continuaría el eje Alameda-Parque flanqueada por una serie de piezas arquitectónicas exentas entre zonas verdes y espacios públicos, lo que contrarrestaría la densidad de población de la ciudad. Otra de las intenciones era la de comunicar la ciudad histórica con la barriada autárquica de Carranque.
Durante esta década se realizaron la mayoría de demoliciones y el nuevo trazado viario, que era competencia del Instituto Nacional de Urbanización (INUR). En 1971 se inauguró el nuevo puente que sustituiría al antiguo de Tetuán y que pondría en comunicación vehicular la Alameda Principal y esta nueva travesía urbana. Fue entonces cuando el proceso se aceleró con la venta y subasta de los lotes de solares.
Para contrarrestar la densificación urbana se propuso un diseño con piezas arquitectónicas exentas que se compondrían principalmente a partir de dos elementos constructivos: un bloque vertical que descansa sobre otro horizontal dispuesto a modo de basamento, quedándose así libre un gran número de metros cuadrados dispuestos para uso público, tanto viario como zonas verdes.
Se trata de un conjunto urbano ambicioso que formalmente podría haber aceptado una mayor altura en sus inmuebles, lo que hubiese dotado a Málaga de un skyline más interesante tras la pérdida del barrio de El Perchel.
En principio el Estado pretendía la construcción del Edificio de Servicios Múltiples y la Delegación de Hacienda en una misma manzana conformada por tres parcelas del Polígono de la Alameda, la 54, 55 y 56, si bien posteriormente se decidió el traslado de Hacienda a la número 2.
El inmueble, proyectado por Dionisio Hernández Gil, fue dirigido por Luis Armenteros entre 1975 y 1977. Se ubica alejado de la arteria principal, concretamente en otra avenida paralela, la de la Aurora. Queda separada de la de Andalucía mediante un importante espacio verde histórico y de gran importancia botánica que se incluyó en el proyecto urbanístico definitivo, unos jardines pertenecientes a la familia Larios y que hoy están dedicados al pintor Pablo Ruiz Picasso.
El edificio se desarrolla en un alzado tripartito compuesto por un basamento horizontal, el volumen de oficinas y un ático. El basamento está recubierto con placas de piedra y se divide en tres módulos en los que se acogen tanto el aparcamiento como otros servicios. En él se abre el acceso principal que se cubre con una gran marquesina; los laterales son más opacos. La torre en sí posee catorce plantas y se cubre con un muro cortina que pende del forjado. Se trata de una serie de vidrios oscuros que alternan tonos en franjas horizontales y que se separan en cinco calles en las fachadas mayores (sur y norte) mediante el uso de elementos verticales de aluminio en la misma tonalidad, y en tres en las menores (este y oeste). El color de los materiales utilizados en las fachadas es el responsable del sobrenombre de Edificio Negro. En la parte superior aparece un largo friso metálico a lo largo de todo el perímetro que sirve para ocultar la maquinaria para climatización. El único elemento que sobresale de este prisma rectangular de oficinas es la escalera de emergencia que se dispone en la fachada trasera, orientada al sur.
Su autor se ha inspirado en la arquitectura de Mies van der Rohe, siendo evidente su relación con el Seagram Building de Nueva York (EE.UU.). Aunque Mies desplazó su edificio para generar una plaza que funcionase a modo de vestíbulo y sirviese para esponjar el entramado de Manhattan. En el caso de Málaga el inmueble se encuentra aislado en una manzana propia con zonas verdes