La idea del ensanche del centro histórico hacia el este se desarrolló físicamente a partir de la década de 1960, mediante una gran vía que se abría en medio del tradicional barrio de El Perchel como un sventramento que lo dividió en dos partes; una autopista urbana que continuaría el eje Alameda-Parque flanqueada por una serie de piezas arquitectónicas exentas entre zonas verdes y espacios públicos, lo que contrarrestaría la densidad de población de la ciudad. Otra de las intenciones era la de comunicar la ciudad histórica con la barriada autárquica de Carranque.
Durante esta década se realizaron la mayoría de demoliciones y el nuevo trazado viario, que era competencia del Instituto Nacional de Urbanización (INUR). En 1971 se inauguró el nuevo puente que sustituiría al antiguo de Tetuán y que pondría en comunicación vehicular la Alameda Principal y esta nueva travesía urbana. Fue entonces cuando el proceso se aceleró con la venta y subasta de los lotes de solares.
Para contrarrestar la densificación urbana se propuso un diseño con piezas arquitectónicas exentas que se compondrían principalmente a partir de dos elementos constructivos: un bloque vertical que descansa sobre otro horizontal dispuesto a modo de basamento, quedándose así libre un gran número de metros cuadrados dispuestos para uso público, tanto viario como zonas verdes.
Se trata de un conjunto urbano ambicioso que formalmente podría haber aceptado una mayor altura en sus inmuebles, lo que hubiese dotado a Málaga de un skyline más interesante tras la pérdida del barrio de El Perchel.
Aproximadamente la mitad de inmuebles residenciales fueron promovidos mediante cooperativas para acoger a los trabajadores de distintas instituciones. Las torres se reservaron a viviendas, mientras que en sus bajos y entreplantas se dispusieron tanto comercios como oficinas, mientras que los estacionamientos vehiculares se relegaron a las plantas de sótano. Los diseños son volúmenes compactos con un cuerpo de comunicación vertical centralizado que permitió una distribución perimetral de las viviendas, de amplio desarrollo en planta ya que se destinaban a una clase social media-alta; con este desarrollo se evitaba la construcción del tradicional patio interior.
Los alzados principales del Edificio Loreto (norte y sur) retranquean el muro de las viviendas para dar lugar a amplias terrazas horizontales que provocan un interesante juego de claroscuros; éstas quedan limitadas por grandes volúmenes destinados a jardineras, según Bonet, el leitmotiv de este edificio. Las caras secundarias (este y oeste), en cambio, presentan paramentos listos, tan sólo rotos por la proyección vertical de los lavaderos. El ladrillo oscuro, con manchas en varias tonalidades, es el material de cubrimiento de todas sus fachadas. El acceso se dispone en una calle más principal al resto, hoy denominada Glorieta Albert Camus, y que pone en contacto vehicular la Avenida de Andalucía y la de la Aurora.
En un boceto anterior, publicado por Boned, los arquitectos diseñan un volumen más esbelto, con una torre que no coincidiría en planta con la del basamento, ya que se dispondría en perpendicular con el mismo, haciendo uso de grandes pilares que quedarían elevados por encima del citado cuerpo horizontal. El acceso principal también quedaría desplazado, en concreto a una de las fachadas principales, bajo las terrazas. En los alzados laterales la parte central se retranquearía. Resulta un proyecto mucho más imponente que el construido, a pesar de la elegancia de éste.