Se trata de uno de los edificios más emblemáticos del paisaje urbano de la ciudad, en atención a sus valores arquitectónicos, urbanísticos y representativos.
El inmueble, que se levantó en el solar de la residencia de la familia Larios, ocupa casi la totalidad de una parcela. Funciona como punto de intersección entre el eje Alameda Principal-plaza de la Marina y la calle Larios a la que sirve como punto focal.
El conjunto está formado por un cuerpo rectangular cuyo recorrido es “interrumpido” por un segundo cuerpo en forma de torre cuadrangular que lo divide en dos partes asimétricas. La torre, que se eleva en catorce plantas hasta los cuarenta y dos metros de altura, se recorta sobre el skyline, sumando al perfil cúbico una doble torrecilla de planta octogonal rematada por tres esferas en referencia a los minaretes islámicos coronados con yamur. Estos elementos lo convierten en un icono arquitectónico para la ciudad.
La planta baja y la entreplanta, aunque muy desvirtuadas por el efecto de sus diversas ocupaciones, actúan a modo de zócalo sobre el que se levantan los cinco pisos del cuerpo rectangular culminado con un ático retranqueado que se une a la línea de cornisa a través de airosas pérgolas y pretiles que ayudan en la transición hacia la elevación de la torre. Los ángulos que miran hacia la plaza de la Marina se abren con huecos pareados para albergar terrazas, aligerando el impacto volumétrico de la construcción. La potente geometría se dinamiza además a través del retranqueo del cuerpo de la torre en el plano de fachada que mira hacia la Alameda Principal, efecto al que contribuyen asimismo los balcones volados protegidos por una simple rejería metálica.
El modelo del rascacielos americano se combina con referencias historicistas, regionalistas y exóticas. A la composición en forma de minarete se unen las palmetas gigantes de contorno recortado que culminan los cuatro ángulos de la torre. También el relieve que preside la entrada: una alegoría de la Equidad, la Igualdad y la Justicia que adopta la imagen de una figura femenina sosteniendo una balanza y cornucopia, escogida del vocabulario clásico cuyos orígenes hay que rastrearlos en la iconografía romana imperial. Se trata del logo escogido por la empresa americana The Equitable Life Assurance Society para simbolizar las virtudes de la compañía, como imagen corporativa de protección y seguridad y que las filiales españolas utilizaron en sus numerosos edificios.
El resultado, en palabras de Maite Méndez, es un edificio “original, peculiar, moderno y metafísico”. Estas claves lo vinculan con los caracteres más representativos del estilo del relax al combinar racionalismo y fantasía, sobriedad y excentricidad; una arquitectura parlante y excéntrica, con guiños al cruce de culturas, al diálogo de tradiciones –marineras y guías en la torre-faro, e islámicas en la torre minarete- de la ciudad.
BRG