Situado en un emplazamiento privilegiado, que domina el barrio de Pedregalejo desde la colina de San Telmo, presenta dos fachadas muy diferenciadas y sumamente atractivas, cada una en su estilo, y de distinta altura en función del pronunciado desnivel. La más visible, hacia el Sureste y abierta a la ladera, con cuatro plantas, es la más llamativa desde el punto de vista estético, a base de volúmenes cúbicos yuxtapuestos y escalonados, con terrazas y barandillas metálicas. Ese tratamiento volumétrico nada rígido permite dinamizar el conjunto, además de proporcionarle un gran impacto visual. En cambio, la fachada a Pepita Jiménez se caracteriza por su mayor radicalidad estética: de sólo tres plantas, es mucho más maciza, con huecos horizontales y verticales muy estrechos (es innegable la relación, consciente o inconsciente, con la tradición de las saeteras de la arquitectura militar), jugando con disposiciones asimétricas. Edificio bifaz, por tanto, según un esquema compositivo muy característico de la modernidad arquitectónica, y un excelente ejemplo de bloque de viviendas plurifamiliar de reducida altura.
FGG