La segunda mitad de la década de los años noventa del siglo XX consolidó la fase de crecimiento de la Universidad de Málaga, de afianzamiento del Campus de Teatinos y de construcción de nuevos edificios de facultades y servicios universitarios, para los que se recurrió a la fórmula del concurso público.
La construcción de la Residencia Universitaria La Barriguilla -como se la denominó inicialmente, por el barrio donde se ubica, cerca de Teatinos-, recayó en el estudio de arquitectura integrado por José Antonio Martínez Lapeña y Elías Torres, que ya entonces atesoraba un considerable prestigio avalado por sus intervenciones en espacios y edificios públicos y diseños, tanto en España como en Estados Unidos.
La ubicación en un barrio nuevo y en expansión, ha facilitado la óptima relación entre superficie de la parcela y superficie construida, aproximadamente el 50%. Delimitada por un muro perimetral y a excepción de los dos edificios comunes (administración y cafetería, ubicados junto a la entrada), se ha optado por una composición modular para los espacios residenciales. Cada módulo -todos ellos son idénticos y con la misma orientación-, adopta la forma de paralelepípedo de tres plantas de altura, cruzado transversalmente por un segundo cuerpo de hormigón visto, que lo supera en altura y acoge los ascensores y escaleras. La planta superior dispone de un balcón corrido a modo de pasillo distribuidor cubierto, mientras que la fachada opuesta dispone de un voladizo. La armónica distribución de huecos, protegidos por persianillas metálicas abatibles, constituye el único aspecto destacable en un diseño caracterizado por su sencillez y minimalismo.
Los espacios abiertos y comunes destacan por su amplitud, la justa presencia de vegetación y la calidad de diseño del mobiliario urbano, recordándonos una de las facetas profesionales de los autores del proyecto. Gran parte del mérito de esta actuación reside en el hecho de haber obtenido un espacio habitable de calidad, amigable y funcional, basado en la sencillez y el uso de materiales convencionales.
FRM