La composición básica del edificio es un cubo en cuyo costado este se adosa una torre concebida como un cuerpo prácticamente exento, con entrada independiente, muy retranqueado con respecto a la línea de fachada. Esta disposición permite crear una espacio semiacotado en ángulo, en el lateral este, en el que se abre una segunda entrada, no por secundaria despreciada en cuanto a representatividad ornamental. En proyecto este sector debía configurar una plaza que la evolución urbana posterior no ha permitido.
Los alzados elevan cinco pisos diferenciados en dos cuerpos a través del uso distintivo de los materiales. El primero, de dos alturas, bajo y entreplanta, emplea la piedra en contraste con el ladrillo visto del resto de los pisos. El empleo de la piedra se reserva asimismo para las amplias pilastras que rematan las esquinas, para los recercados de los vanos, y elementos en relieve. La distribución de la ornamentación pétrea jeraquiza también la superficie muraria, disminuyendo su profusión en altura. El eje de simetría se ocupa con la amplia y ampulosa portada principal, que se organiza en tres cuerpos, vano de entrada, balconada ceremonial de perfil curvo y ventana superior; pilastras cajeadas, baquetones mixtilíneos, volutas, potentes molduras, perfiles recortados y jarrones conforman el aparato constructivo-ornamental de la misma. En las esquinas, el vocabulario historicista continua a través del encaje de columnas, la apertura de hornacinas y jugosas placas recortadas. La portada lateral repite un esquema similar.
La imagen de la administración del régimen se perfila en el difícil diálogo entre la concepción pseudo-palacial, con combinación ecléctica de elementos de procedencia historicista diversa y una no conseguida contención acorde con la función del edificio.
BRG